sábado, 14 de abril de 2012

Ha habido una tormenta. Todavía no ha llegado la calma.

Me siento en la arena y hago círculos con las yemas de mis dedos. Escribo mi nombre, pero el tuyo se lo han llevado las olas. A ver si sube la marea y me lleva a mi también a cualquier sitio. Me da igual dónde, pero lejos, lejos de aquí, que la distancia me haga olvidar que ahora somos cómo extraños, como dos personas que se cruzan por la calle un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera y se miran cómo eso… Otra de las personas que habitan este mundo, otros ojos del montón, otra sonrisa de la que sale un hoyuelo a la derecha. Somos dos extraños. Y extraño es que antes te pareciera la sonrisa más bonita del universo.

¿Y quién se ha llevado los momentos que nos quedaban? ¿Quién se llevo los besos que me prometiste? No, no le eches la culpa al mar. 

Estrella,

EN MI CIELO YA NO BRILLAS....

domingo, 8 de abril de 2012

KNOCK-KNOCK-KNOCKING ON HEAVEN'S DOOR

Para ti,

para mi, para este corazón que no descansa, para mis ganas de quedarme hoy el día aquí tirada escribiendo mierdas.
Y esto es ser fuerte, ¿verdad? Mírame, díselo a las lágrimas que van mejilla abajo, díselo a mis ojos que no pueden ver más allá de ti.
Ey, está bien, llámame estúpida por querer engañarme, por decirme que es mejor así, sin ti, a volver a querer algo contigo, porque ahora mismo querría decirte todo lo  que soy capaz de escribir, pero sin embargo tengo el móvil a un metro de distancia para no hacerlo, porque llevo meses sin mirar lo que escribes ya que tengo demasiado miedo como para hacerlo. Grítame lo imbécil que soy, como solías hacerlo, vamos. Pero no me digas que soy fuerte, porque lo único que intento es buscar la forma de salir de esta, ¿o no lo ves? Te odio. Te odio, pero te echo de menos, tú ganas, te echo de menos, y ganas 5-0 porque lo hago demasiado,
¿Sabes qué? Puede que no te quisiera bien, que me saliera mal como todo lo demás, porque ya sabes que soy sumamente torpe, pero te quería como supe, cómo solo yo podía quererte y como nadie volverá a hacerlo. Quise cada uno de tus lunares, y cada una de tus mentiras...

lunes, 2 de abril de 2012

Rozaba los 17 y algo le oprimía el pecho, algo que no la dejaba respirar los días impares.  Rozaba los 17 y le rozaban los tacones de 10 cm que calzaba para ocultar que estaba por los suelos. Cómo los sueños que tenía desde que aprendió a leer hasta que aprendió lo que significaba amar, lo que significaba echar de menos a alguien, a tener adicción a algo como si fuera una droga, a necesitarlo como si fuera respirar.  Ya no era cosa de un príncipe y una princesa, ya no era un juego, el que entretenía a ella y sus compañeros de clase durante los recreos, ya no aprendía sentada en un pupitre, aprendía con los baches que la vida había puesto en su camino, ya no le enseñaba la profesora, le había enseñado un pequeño ladronzuelo de ojos oscuros, porque con 16 y pico, ya le habían robado el corazón. Le habían robado una vida, le habían robado los lunes, y los martes, y los miércoles… La habían cambiado, ahora no era la de antes, su sonrisa no era la misma, su mente ya no estaba ocupada por lo mismo pensamientos. A veces querría ser pequeña otra vez, porque con sus casi 17, le habían echado 10 encima, había madurado demasiado rápido. Le habría gustado que en vez de que las películas Disney le hubieran creado un falsa expectativa respecto a los príncipes azules, hubieran tenido un lema como ``Ey princesa, nunca te enamores´´. Se había convertido en una verdadera viajera. En una de sentimientos y experiencias, debido a la adolescencia, acentuada con la situación en la que se encontraba. Una viajera que le buscaba en los besos de otros, pero que aceptaba que nunca llegaría a encontrarle.

Rozaba los 17, pero lo que ella quería rozar 

era el cielo con la punta de sus dedos…