jueves, 13 de octubre de 2011

Mi felicidad tiene nombre y apellidos. Y una cara muy muy bonita.


Puedo decir que soy feliz. Soy feliz con un te quiero suyo, soy feliz cuando miro mi móvil y tengo un mensaje o una llamada perdida, soy feliz cuando se que esa llamada perdida significa un ‘te echo de menos’, soy feliz cuando se que él estará ahí, y cuando pienso en un futuro y aparece su nombre. También soy feliz cuando se que eso no será nada comparado como cuando esté con él. ¿Sabes como me imagino la felicidad? A la felicidad le pongo cara, la que vea al levantarme todas las mañanas.  Me la imagino con sus ojos, los que al mirarme me lleven a un mundo paralelo del que no pueda salir nunca. Con su boca, la que me de esos besos que me pongan los pelos de punta y me hagan querer más y más. Con sus manos, esas que al tocarme sienta todo lo que no se puede decir con palabras y con todo lo que él tiene, porque todo me hace sentirme bien. Y posiblemente, si me dijeran que explicara qué es la felicidad, si la pudiera definir mejor , la llamaría por su nombre; Raúl.

No sabes lo que te quiero.

Siempre es mucho tiempo, pero no me importaría pasarlo a tu lado.