domingo, 23 de octubre de 2011

Que te den.

¡Ey, tú! ¡Que las palabras duelen! Que los hechos hablan y las ocasiones pasan. Las traiciones desgarran, las lágrimas matan, las oportunidades acaban y las cosas cambian.  Solo vengo a decirte una cosa, tus palabras ya no duelen, porque ya no eres nadie para mi. Los hechos, tus hechos, hablaron lo suficiente como para decirme que no eras quien yo creía. Tu ocasión ya pasó, no vuelvas nunca más por aquí. Las traiciones que perdoné una y otra vez, ya no volverán a suceder, no volverán a desgarrarme. Como tampoco habrá ninguna otra lágrima que lleve tu nombre. Y si, que las cosas cambian, si. Fíjate, hace unos meses eras para mi algo importante, y a día de hoy eres solo una mas, que no supo valorar lo que tenía.